MATERIALISMO HISTORICO. CAPITULO VI
LAS CLASES Y LA LUCHA DE CLASES
En el capitulo anterior 1
hemos visto que el pueblo, las masas trabajadoras, son la fuerza principal y
decisiva del desarrollo de la sociedad. Pero ésta no es homogénea, consta de
clases, grupos y capas sociales determinados.
1 Ver capítulo V (ARP)
¿Qué son, pues las clases y qué
papel desempeñan en el desarrollo social? La teoría marxista-leninista de las
clases y de la lucha de clase responde a esta cuestión.
1. ESENCIA Y ORIGEN DE LAS CLASES
Aún antes de que apareciera el
marxismo, algunos pensadores advirtieron ya la división de los hombres en
clases y la lucha de clases en la sociedad. Pero, como eran idealistas en la
interpretación de la vida social, no pudieron hallar la base objetiva de la
división de la sociedad en clases. No
vieron que la base de esta división se debe buscar en la esfera de la
producción material, que es la principal entre las relaciones humanas.
Lenin dio una definición completa
de las clases en su trabajo Una gran
iniciativa. “las clases –escribió-
son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lagar
que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por
las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción
(relaciones que las leyes refrendan y formulan en gran parte), por el papel que
desempeña en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el
modo y la proporción en que se perciben la parte de la riqueza social de que dispones.
Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo
del otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía
social” 2.
2 V.I. Lenin,
Obras completas, t. XXIX, ed. cit., pág. 413 (Ed.)
El más importante de los rasgos
enumerados es el de las relaciones con respecto a los medios de producción. De estas relaciones se deriva el lugar y el
papel de las clases en la producción social, así como los métodos de obtención
de sus ingresos y la magnitud de los mismos.
Las clases no existen
eternamente. En la sociedad primitiva, como ya se ha dicho antes, no existían.
La producción estaba entonces a un nivel tan bajo, proporcionaba únicamente la
cantidad mínima bienes materiales, que apenas bastaban a los hombres primitivos
para no morirse de hambre. Por eso estaba excluida toda posibilidad de acumular
valores materiales y de que apareciesen la propiedad privada, las clases y la
explotación.
Sin embargo, posteriormente,
debido al desarrollo de las fuerzas productivas y a la elevación del
rendimiento del trabajo, los hombres empezaron a producir más de lo que
consumían. Surgió la posibilidad de acumular riquezas materiales y apropiarse
de los medios de producción de la comunidad. Apareció la propiedad privada, a
lo cual contribuyó la creciente división del trabajo y el aumento del comercio.
Luego, a medida que sea iban
desarrollando la propiedad privada y desplazándose la de la comunidad, fue
creciendo la desiguldad económica de los hombres. Unos, principalmente lo pertenecientes
a la nobleza gentilicia, se enriquecieron, apoderándose de los medios de
producción de la comunidad. Otros, desprovistos de esos medios, se vieron
obligados a trabajar para sus dueños. Así trascurrió el proceso de
descomposición de la comunidad primitiva, su disociación en clases. Este
proceso culminó con el surgimiento de clases opuestas y la explotación.
Así, pues, las clases surgieron
en el período de la descomposición del régimen de la comunidad primitiva y la
formación del régimen esclavista. La situación contrapuesta de la clase en la
sociedad originaba una cruenta lucha entre ellas. La lucha de las clases ha
sido durante muchos siglos el rasgo más importante del desarrollo de la
humanidad.
1. LA LUCHA DE CLASES, FUENTE
DE DEL DESARROLLO
DE
LAS SOCIEDADES DE CLASES ANTAGONICAS
La historia de las sociedades
antagónicas es la historia de la lucha de clases. “Hombres libres y esclavos,
patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra:
opresores y oprimidos, se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante,
velada unas veces, y otras abierta, que terminó siempre con la trasformación
revolucionaria de toda sociedad o hundimiento de las clases beligerantes 3.
3 C. Marx y F.
Engels, “Manifiesto Comunista” en Obras escogidas, ed. cit., pág. 14 (Ed.)
La lucha de clases antagónicas es
inconciliable. Dimana de la contraposición cardinal del lugar económico y
político que ocupan en la sociedad. Durante muchos siglos, los trabajadores, ya
fueran esclavos, campesinos u obreros, han sufrido una explotación salvaje por
parte de las clases dominantes. Su lucha contra la opresión y su aspiración a
una vida libre y feliz son plenamente naturales y lógicas.
En la sociedad de clases existen
algunas que son fundamentales y otras que no lo son. Son clases fundamentales las que están ligadas con el modo de
producción dominante (artesanos libres en la sociedad esclavista, campesinos en
la capitalista, y etc.) así como diversas capas sociales (intelectualidad,
clero, etc.). La lucha de clases en la sociedad antagónica es ante todo la de
las clases sociales fundamentales. La clases no fundamentales y las capas
sociales no siguen por lo común, una línea propia en esta lucha, sino que se
adhieren a una de las clases antagónicas fundamentales y defienden sus
intereses.
La lucha de clases es la fuerza motriz, la fuente del desarrollo de la
sociedad de clases antagónicas.
Ella determina el desarrollo de la sociedad antagónica tanto en períodos
relativamente “pacíficos” como sobre todos, en los de conmociones y tempestades
revolucionarias.
En el capitalismo la lucha de
clases es un factor importante del desarrollo de las fuerzas productivas. Si no
fuera por la lucha de los obreros, los capitalistas se preocuparían mucho menos
del desarrollo de la técnica. Les resulta mucho más fácil y barato obtener
ganancias por medios tan probados como la prolongación de la jornada de trabajo
y la reducción de los salarios 4. No obstante, la tenaz lucha de los
obreros, a la par que la competencia entre los capitalistas, obliga a éstos a
emplear nueva maquinaria y tecnología de la producción. Marx escribió que”…
casi todas las nuevas invenciones fueron el resultado de colisiones entre
obreros y patrones….Después de cada nueva huelga de alguna importancia surgía
una nueva máquina” 5.
4 Esta premisa la está aplicando en la actualidad la
patronal española, con toda virulencia; es decir, para la consecución de
mayores beneficios se aplica a las masas obreras, tanto la ampliación de la
jornada de trabajo, como la reducción de sus salarios. Este despropósito se
debe, sobe todo, a las salvajes reformas laborales aplicadas por el partido
neoliberal conservador Partido Popular, y al silencio de los sindicatos que no
oponen resistencia alguna en defensa de la masa obrera. (ARP)
5 C. Marx, Miseria
de la Filosofía ,
ed. en español, Moscú, pág. 137.
La lucha de clases tiene aun más
importancia en la vida política de la sociedad antagónica. Actualmente la lucha
de la clase obrera es un serio obstáculo para que los imperialistas puedan
llevar a cabo sus siniestros designios de desencadenar una nueva guerra
mundial, aplastar el movimiento de liberación nacional, suprimir los restos de
las libertades democráticas y detener el desenvolvimiento progresista de la
sociedad.
Sin lucha de clases no habría
progreso social, bien entendido que el movimiento progresivo de la sociedad se
realiza, por lo general, con tanta más celeridad cuanto mayor es el empeño y
mejor organizada está la lucha de los
oprimidos contra los opresores.
Es de particular importancia para
el progreso social el papel que desempeña la revolución social, forma superior de la lucha de clases cuyo resultado
es la demolición del viejo régimen y la instauración de otro más progresista.
En la sociedad esclavista se
mantuvo una lucha enconada entre esclavos y esclavistas. Esta lucha adquirió
las formas más diversas, desde el deterioro de los instrumentos de producción
hasta sublevaciones en masa, como la que
encabezó Espartaco 6 (s.I. a. n. e.), en la que tomaron parte más de
cien mil esclavos.
6 Espartaco fue un esclavo tracio que, según
fuentes romanas, dirigió la rebelión más importante contra la República romana en
suelo itálico, hecho ocurrido entre los años 73 a. C. y 71 a. C. Nació el año
111 a, n. e., en Tracia, y falleció en el 74 a.n.e., en Strongoli (Italia)
(ARP)
La
lucha de clases adquirió formas más agudas aun en la época del feudalismo. Las
clases beligerantes eran entonces los señores feudales y los campesinos, a
quienes se adherían a menudo los trabajadores de la ciudad, particularmente los
artesanos. Las sublevaciones adquirían el carácter de verdaderas guerras
campesinas, en las que participaban centenares de miles de campesinos. Estas
guerras abarcaban a veces inmensos territorios y duraban muchos años. Tales
fueron las sublevaciones de Wat Tyler 7 en Inglaterra (s. XIV), la Jacquerie 8 en
Francia (s. XIV-XV), la Guerra Campesina
en Alemania 9 (s. XVI), las sublevaciones dirigidas por Bolótnikov 10, Razin11 (s. XVII), y
Pugáchov 12 (s. XVIII) en
Rusia, las sublevación de Tai ping 13, en China (s.XIX), etc.
7 Walter Tyler, llamado normalmente Wat Tyler fue el líder de la revuelta de los campesinos de Inglaterra de 1381. Wat Tyler era hijo de un tejedor del pueblo de Broxley, Kent, llamado Walter Hilliard. Nació el 4 de enero de 1341, en Kent (Reino Unido), y falleció el 15 de JUNIO DE 1381, en Londres (Reino Unido) (ARP)
8 La Grande Jacquerie fue un levantamiento
popular ocurrido en 1358 en las zonas rurales de la Isla de Francia,
Picardía,
Champaña, Artois
y Normandía.
Tuvo lugar durante la Guerra de los Cien Años en un contexto
de crisis política, militar y social. Sus causas son múltiples, pero tuvo un
papel relevante la impopularidad de la nobleza francesa después de la derrota de Poitiers en 1356, y la
miseria reinante en el campo devastado por los ejércitos y las compañías libres. La Grande Jacquerie
se inscribe en un conjunto de revueltas simultáneas, como la insurrección liderada
por Étienne Marcel, las revueltas surgidas
alrededor de París
en mayo-junio de 1358 y los movimientos de agitación que sacudían entonces
las ciudades de Flandes.
(ARP)
9 La guerra de los campesinos alemanes (en alemán: Deutscher Bauernkrieg), también llamada
la revolución del hombre común
(en alemán: Erhebung des gemeinen Mannes) fue una revuelta popular en el
Sacro Imperio Romano Germánico
entre 1524 y 1525. Consistió, como el movimiento precedente Bundschuh y las guerras husitas,
en una serie de revueltas tanto económicas como religiosas por parte de campesinos, ciudadanos y nobles.
El movimiento no tenía un programa común.
El conflicto, que
fue más profundo en el sur, oeste y centro de Alemania,
pero que también afectó a áreas de Austria
y Suiza,
contó durante el verano y la primavera de 1525 con un total estimado de
300 000 campesinos insurgentes y dejó un saldo de 130 000 víctimas
entre los sublevados (100 000 según otras estimaciones). La revuelta
popular fue la más masiva y generalizada en Europa hasta
la Revolución francesa, en 1789. (ARP)
10 Iván Isáyevich Bolótnikov fue el líder de una revuelta popular
en Rusia en 1606-7 conocida como la
Rebelión de Bolótnikov. La revuelta pertenece al tiempo del
Período Tumultuoso del Zarato ruso. Nació en 1565, en Tula (Rusia), y falleció
en 1608, en Kárgopol (Rusia)
11 Stepán Timoféyevich Razin, líder de los cosacos del Don y héroe
popular que condujo una gran sublevación contra la nobleza y la burocracia del
zar en el sur de Rusia. Nació en 1630, Zarato ruso (Rusia), y falleció el 16 de
junio de 1671, en Moscú (Rusia). (ARP)
12 Yemelián
Ivánovich Pugachov fue un pretendiente al trono de Rusia que lideró una
insurrección de los cosacos en la época de Catalina la Grande. Nació en 1742, en
Óblast de Volvogrado (Rusia), y falleció el 21 de enero de 1775, en Moscú
(Rusia).
13 Las raíces de este conflicto que desgarró
China, y que estuvo a punto de acabar con la Dinastía Ching
(también llamada Dinastía Manchú), hay que buscarlas en un masivo incremento de
la población (que entre 1736 y 1852 se había triplicado, no así las
tierras disponibles para una sociedad eminentemente campesina), A ello había
que sumar la humillación sufrida frente a Gran Bretaña en la Guerra del Opio de
1839-1842 que, en sustancia, había servido para introducir la droga en China
como moneda de cambio convirtiendo, de paso, en adicta a la misma a buena parte
de la población. Además, los tratados impuestos por Gran Bretaña convertían a
China en un gigantesco mercado donde, muy pronto, las demás potencias
occidentales penetrarían apoyadas en ventajosos acuerdos que incluían derechos
de extraterritorialidad, puertos estratégicos (Hong Kong y Shanghai, entre
otros) y, no menos importante, la independencia jurisdiccional, es decir, que
los occidentales no estarían sometidos en ningún caso a las leyes chinas por más
que cometiesen algún delito en ese país.
En esta tesitura, pues, no era extraño que proliferasen sociedades de todo tipo, religiosas, nacionalistas, antimanchúes, antioccidentales o todo ello a un tiempo, que abogasen por una resurrección nacional y clamasen contra el régimen que había transigido ante la humillación. Una de esas sociedades, la llamada Sociedad de los Adoradores de Dios, fue el germen del que surgiría una auténtica revolución que puso en jaque al Imperio Chino y que durante quince años convirtió a China en un auténtico infierno. (ARP)
Sin embargo, las sublevaciones de los oprimidos en las sociedades esclavistas y
feudales no podían acabar con la explotación pues las condiciones aún no habían
madurado para ello. El nivel de la producción no permitía pasar a un régimen
libre de explotación y presión. Estas sublevaciones presentaban un carácter
desordenado. Los sublevados no tenían noción clara ni de los fines de la lucha
ni de medios para alcanzarlos. Carecían de una teoría de vanguardia que los
guiara y también de partido. Como veremos más adelante, estas condiciones se
crean únicamente bajo el capitalismo.
A pesar de ello, las sublevaciones de los esclavos y de los
campesinos siervos desempeñaron un gran papel progresista en la historia. Los
esclavos conmovieron los pilares de la sociedad esclavista; los campesinos, por
su parte, fueron una de las fuerzas principales que arrollaron al feudalismo y
motivaron el paso al régimen capitalista, más progresista.
1. LA
LUCHA DE
CLASES EN LA SOCIDAD CAPITALISTA
La lucha de la burguesía y
el proletariado
ley del desarrollo del
capitalismo
Las
clases fundamentales de la sociedad capitalista son, como se sabe, la burguesía
y el proletariado. En su afán de ganancias, la burguesía explota al
proletariado; a medida que se desenvuelve el capitalismo, la explotación es
cada vez más cruel. El trabajo se intensifica, el obrero que convierte cada vez
más en un simple apéndice de la máquina. Los numerosos estragos y sufrimientos
provocados por crisis económica, el paro 14 y las guerras de rapiña
que siempre acompañan al capitalismo, recaen particularmente sobre el
proletariado.
14 Esta
máxima es muy evidente en el caso del mercado de trabajo en España, que la
crisis tanto gobernando el Partido Socialista Obrero Español, como el partido
neoliberal conservador del Partido Popular, ha provocado el paro de cerca de
cinco millones de parados que acompañan al capitalismo, estén recayendo cruelmente sobre masa de los trabajadores
en general. (ARP)
Se
comprende perfectamente que éste no pueda resignarse. La misma naturaleza
interna del capitalismo, en lo que el obrero se ve privado de los frutos de su trabajo,
y la situación del proletariado en la sociedad, lo impulsan a luchar contra la
burguesía. No es casual por eso que la historia de la sociedad capitalista sea
la historia de esa lucha. Ella es natural, constituye una fuente importantísima
del desarrollo del capitalismo, y se acentúa sobre todo en la época del
imperialismo, cuando las contradicciones económicas y políticas del capitalismo
alcanzan un grado inaudito de ensañamiento.
Al
proletariado le corresponde la misión histórica de derrocar al capitalismo y crear la sociedad comunista sin clases, pues
ninguna de las otras clases sociales es consecuentemente revolucionaria.
La
burguesía lo fue sólo cuando luchaba contra el feudalismo por quitarle la
hegemonía, pero en cuanto ascendió al poder comenzó a volverse reaccionaria. Su
único fin es conservar eternamente la explotación.
Las
capas media, que incluye ante todo a los campesinos y a los artesanos, muy
numerosos en el capitalismo, tampoco son
decididamente revolucionarios. No ocupan una posición independiente en la
sociedad y se van disociando a medida que el capitalismo se desarrolla. La
mayor parte de los campesinos y artesanos 15 se arruina y engrosa las filas del proletariado, y sólo
una parte insignificante se abre camino en las filas burguesas. En la tenaz
lucha de clases los campesinos ocupan una posición vacilante, y por eso el
proletariado tiene la misión de atraerlos a su lado y convertirlos en seguros
aliados 16.
15 Los artesanos siempre han sido una clase numerosa de trabajadores bajo
la formación socioeconómica esclavista, como en la formación socioeconómica que la precedió: la
feudalista. Realmente donde más desarrollo y auge adquirió fue en la formación
socioeconómica capitalista. Pero también los artesanos como clase trabajadora,
es la que más se arruina bajo el capitalismo pasan a engrosar el proletariado.
Esta nómina de los artesanos, la desarrollan hoy en día los
autónomos. Las empresas despiden a la mayoría de esta clase obrera,
indemnizándoles o pasándolos al paro. La inmensa mayoría de estos obreros por
cuanta ajena, con las indemnizaciones o las retribuciones percibidas por la
totalidad del paro que les correspondan,
algunos de ellos montan sus propios negocios como autónomos, y
en cortísimo plazo se arruinan, debido sobre todo a la feroz competencia que se
hacen entre sí. (ARP)
16 La clase
obrera del campo, es decir, los campesinos, es la clase más vacilante del
panorama social. Dentro del campesinado hay distinguir dos grupos:
Los campesinos que existen en las zonas minifundistas, ejemplo,
Galicia, y los que radican en las zonas latifundistas, ejemplo: Castilla La Mancha , Extremadura y
Andalucía. Los primeros, es decir, los que están ubicados en zonas
minifundistas son campesinos muy vacilantes, puesto que todos tienen alguna
propiedad y son muy reacios y vacilan a la hora de dejarse convencer. A esto,
hay que añadir que minifundista está rodeado de caciques por todos los lados. Los
segundos, es decir, los que están ubicados en zonas latifundistas son
campesinos menos vacilantes y más propensos al convencimiento y atraerlos como
aliados. De hecho, este grupo específico de campesinos entran de lleno el
proletariado, por no tener terreno alguno que defender ni perder nada en sus reivindicaciones
sociales (ARP)
Tampoco
puede ser consecuentemente revolucionaria la capa de la sociedad capitalista
constituida por los intelectuales (ingenieros, técnicos, médicos, maestros,
colaboradores científicos, etc.). La mayor parte de lo intelectuales se ven
obligados a servir a las clases explotadoras.
La
única clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista es el
proletariado. Ligado con la industria mecánica, la forma más progresista y
creciente de la producción, aumenta y se desarrolla continuamente. El propio
carácter de la producción capitalista contribuye a que el proletariado se
agrupe, organice e instruya. No tiene propiedad ni nada que perder en la lucha.
Al pelear por su emancipación, es capaz de organizar y llevar tras sí a todos
los trabajadores, que odian igualmente el régimen capitalista. Al conquistar su
libertad, emancipa a todos los trabajadores, destruyendo para siempre la
explotación del hombre por hombre. Una vez que ha vencido, devuelve a los
trabajadores cuanto ha producido, suprimiendo con ello la injusticia social más
grande: el régimen social en el que un puñado de opresores se apropia de los
frutos de millones de seres humanos.
Forma de la lucha de la clase del
proletariado
Conforme
se va desenvolviendo el capitalismo, se desarrolla también el proletariado,
volviéndose más variadas y agudas las formas de la lucha contra la burguesía.
Existen tres formas fundamentales de la lucha de clases del proletariado: la
económica, la política y la ideológica.
La
forma más simple y asequible para las grandes masas de obreros es la lucha económica la cual el proletariado trata de mejorar su situación
material y las condiciones de trabajo.
Los obreros exigen a los patronos que les suban los salarios, les
reduzcan la jornada de trabajo, etc., y, si no les satisfacen estas reivindicaciones, redeclaran en huelga
y no acuden al trabajo.
Esta
primera forma de lucha del proletariado en la historia desempeña un gran papel
en el despliegue del movimiento revolucionario. Contribuye a que se
reincorporen amplias masas proletarias a la lucha de clases y les sirve de buena escuela de organización:
los sindicatos, las cooperativas y las cajas de ayuda mutua.
Sin
embargo, la lucha de clases tiene carácter limitado. No es aún la lucha de toda
la clase del proletariado contra la clase de la burguesía, sino una colisión
entre un grupo se obreros y otro de capitalistas en algunas fábricas o zonas,
Además, y esto es lo principal, no afecta a la base de las bases del
capitalismo, la propiedad privada, ni se propone derrocar del poder a la
burguesía. El fin de esta lucha no es suprimir la explotación, sino limitarla,
suavizarla nada más.
Con el
crecimiento y desarrollo del proletariado, la lucha económica de los obreros de
fábricas y zonas aisladas converge en la lucha común de la clase obrera contra
la clase de los capitalistas en su conjunto. Entonces la lucha de clases adopta
su forma superior, la lucha política.
La lucha política es la que tiende destruir la propia base del régimen
capitalista, es la lucha por el poder, por la dictadura del proletariado.
Mediante
la lucha económica el proletariado puede algo su situación material y arrancar
a la burguesía ciertas concesiones materiales.
Pero únicamente destruyendo el dominio político de la burguesía e
instaurando su propio poder. La dictadura del proletariado, satisface sus
intereses económicos y políticos cardinales y librarse para siempre de la
explotación.
Para
alcanzar ese fin mantiene el proletariado su lucha política, utilizando los
medios más diversos: huelgas y manifestaciones políticas, debates pacíficos en
el parlamento y la lucha armada. Ahora
bien, todos los medios se someten en última instancia a la causa de la
preparación y realización de la revolución socialista. Esta es la fase más alta
de la lucha de clase del proletariado, el medio único y decisivo para destruir
el capitalismo y para que el proletariado conquiste el poder político.
Gran
importancia en la lucha revolucionaria del proletariado tiene la lucha ideológica, o sea, la lucha contra
la ideología burguesa, que domina en la sociedad capitalista, la lucha por la
victoria de la ideología socialista, proletaria.
El
desarrollo capitalista lleva necesariamente a la cohesión y organización del
proletariado, pero éste para derrocar al régimen capitalista, no sólo debe
constituirse como clase, de su gran misión histórica. Para eso necesita una
teoría revolucionaria. Por falta de tiempo, medios e instrucción suficiente, el
proletariado no está en condiciones de crearla por sí mismo. La idearon representantes
de la intelectualidad que se pasaron al lado del proletariado. Como sabemos,
los creadores de esta nueva teoría revolucionaria fueron: Marx, Engels y Lenin.
No
obstante, la tarea no consiste sólo en elaborar una teoría revolucionaria de
vanguardia. Una vez creada, es necesario que los obreros adquieran conciencia
de ella. La lucha ideológica, por consiguiente, es también una lucha contra la
espontaneidad en el movimiento obrero., para que las amplias masas proletarias
dominen la ideología marxista-leninista de vanguardia.
Esta es
objeto de continuos ataques por parte de lo ideólogos de la burguesía, así como
de reformistas y revisionistas. Por eso, en la esfera de la lucha ideológica se
incluye también la necesidad de mantener la pureza de la teoría
marxista-leninista, contra todos los enemigo y,
ante todo, contra la ideología de la reacción imperialista.
Igual
que la lucha económica, la ideología no constituye el objetivo de si misma:
está sometida a las tareas políticas, la exigencia de liquidar el dominio de la
burguesía e instaurar el del proletariado.
El partido marxista, organizador y dirigente de la
lucha de clases del
proletariado
Sólo el
partido político del proletariado puede asegurar la dirección acertada de la
lucha de clase de los trabajadores y una combinación adecuada de todas sus
formas. Su papel es particularmente grande en la época del imperialismo, cuando
debido a la exacerbación extrema de las contradicciones del capitalismo, la
revolución socialista se presenta como tarea práctica de aplicación inmediata.
Los partidos conciliadores y
reformistas de la II Internacional
no pudieron asegurar la dirección del movimiento proletario en las
nuevas condiciones históricas. Era necesario un partido revolucionario de nuevo
tipo, un partido marxista, y Lenin lo creó.
El
partido marxista es el destacamento revolucionario de vanguardia del
proletariado. Forma superior de organización del proletariado, cohesiona a
todas las demás organizaciones (sindicatos, cooperativas, etc.), las dirige
políticamente y las endereza a la conquista del fin común: el derrocamiento del
capitalismo y la creación de la sociedad socialista. “Educando al partido
obrero –dijo Lenin-, el marxismo educa a la vanguardia del proletariado,
vanguardia capaz de tomar el poder y de conducir
a todo el pueblo al socialismo, de dirigir y organizar el nuevo régimen, de
ser el maestro, el dirigente y el jefe de todos los trabajadores explotados en
la obra de organizar su propia vida social sin la burguesía y contra la burguesía”
17.
17 V.I.
Lenin, Obras Completas, t. XXV, ed. cit., pág. 398 (Ed.)
El
partido puede desempeñar su papel de destacamento de vanguardia de la clase obrera y dirigente
del pueblo porque está pertrechado con la teoría científica marxista, con el
conocimiento de las leyes que rigen el desarrollo social, y porque domina el
arte de aprovechar estas leyes en la práctica para trasformar
revolucionariamente la sociedad.
Por
estas características, el partido lleva constantemente a las amplias masas de obreros
la conciencia socialista y protege a la clase obrera contra la influencia de la
ponzoñosa ideología burguesa. Mantiene una lucha inconciliable contra todos los
intentos de falsificar y revisar el marxismo y lo desarrolla en base a los
últimos adelantos de la ciencia y de la práctica histórico-social.
Además,
el partido marxista es también el destacamento organizado de la clase obrera,
agrupado por la aspiración común de llevar a efecto las ideas revolucionarias
del marxismo-leninismo. Es intransigente con los oportunistas de distinto
género que intentan romper la unidad de sus filas, descomponerlo desde adentro
y quitarle así la capacidad para dirigir la lucha de clase del proletariado.
El
partido marxista es un partido verdaderamente Popular. Agrupa a los mejores
representantes del pueblo y está vinculado con las amplias masas de los
trabajadores. Goza de la confianza y el apoyo ilimitado de las masas populares
porque expresa los deseos más íntimos del pueblo y defiende abnegadamente sus
intereses vitales. La fuerza invencible del partido marxista radica en su
estrecha ligazón con el pueblo.
Partidos
de este tipo, verdaderamente revolucionarios y populares son el Partido
Comunista de la Unión Soviética
y los partidos comunistas y obreros de otros países, organizadores de la lucha
por el socialismo y el comunismo, así como los partidos marxistas de los países
capitalistas, inspiradores de la lucha de los pueblos contra el imperialismo y
colonialismo, por la paz, la democracia y el socialismo.
Inconsistencia de las
teorías burguesas y revisionistas
de las clases y la lucha de
clases.
Los
ideólogos de la burguesía oponen a la teoría marxista de las luchas de clases,
la prédica de la paz entre las clases bajo el capitalismo. Niegan con singular
empeño la existencia de clases y la lucha entre ellas en la sociedad burguesa
contemporánea.
Algunos
sociólogos burgueses declaran si ambages que en la sociedad capitalista
contemporánea no hay explotación, ni clases opuestas, que existen únicamente capas
sociales (“estratos”) que agrupan a los hombres según su instrucción, ingresos,
edad, creencias religiosas, opiniones políticas y otros rasgos. Dicen que los
hombres pertenecientes a estas capas no están ligados por ninguna relación de
propiedad, que entre ellos existe la armonía más completa, que esas capas son
móviles, y el hombre, si lo desea, puede desplazarse fácilmente de una a otra.
Otros, aunque reconocen la
existencia de las clases, afirman que en la sociedad burguesa contemporánea se
está operando un proceso de extinción de las diferencia de clase y
trasformación gradual de todas en una inmensa clase “media” 18.
Además, dicen que, por ejemplo, en los Estados Unidos de América el proceso de
formación de esta clase “media” está próximo a su culminación. Así, el conocido
sociólogo norteamericano Strauss-Hupe 19 declara en su libro La zona de indeferencia (1952) que en la Norteamérica es
difícil encontrar una diferencia entre explotados y explotadores. La pobreza
dice, desaparece, 20 y la clase superior se convierte en un
anacronismo.
18
Esta máxima tan
cacareada por los sociólogos burgueses, se
refuta con el hecho muy reciente habido entre los años 2012-2016. En ese tiempo
en España, según las estadísticas, 3.000.000 de trabajadores de clase media,
que tanto defienden los sociólogos burgueses, han pasado al ejército de parados
engrosando las filas del proletariado. (ARP)
19 Robert
Strausz-Hupé, sociologo y politólogo.
Nacido el 25 de marzo de 1903 en Viena (Austria), y fallecido el 24 de febrero
de 2002, en el municipio de Newtown Pensilvania (EE.UU.) (ARP)
20 Desde luego este sociólogo burgués no poseía la gracia de
la videncia. En la actualidad existen más 50 millones de estadounidenses viven bajo el umbral de
pobreza. Si en la forma se refiere la desaparición de la pobreza en EE.UU., en el fondo se parece más a un recochineo que se
les hace a los humanos. (ARP)
Desde
el punto de vista de los ideólogos de la burguesía, los obreros estadounidenses
han dejado de ser proletarios pues han alcanzado un alto nivel de vida, poseen
ahorros, adquieren acciones y, por eso, lo mismo que los dueños de las
empresas, tienen su participación en los ingresos. Por otro lado, según ellos, el Estado limita cada vez más en mayor
grado de los patronos 21, de modo que éstos desempeñan cada vez
menor papel en la producción.
21 Los ideólogos burgueses
insisten un y otra vez en esta falacia. Intentan convencer que lo negro se vuelva blanco, y aun agregando matices de otros pigmentos,
lo negro, negro será. (ARP)
Las invenciones de los
apologistas del capitalismo sobre la inexistencia de clases y lucha de clases
en la sociedad burguesa contemporánea han sido recogidas por los políticos
reformistas y revisionistas. Sí, el reformista Ph. Murray, uno de los líderes
del Congreso de Organizaciones Industriales de EE.UU., ha escrito que en
Norteamérica no hay clases, que allí “todos son obreros” y que, en última
instancia coinciden los intereses de granjeros, obreros industriales, hombres
de negocios, empleados e intelectuales.
Los revisionistas le hacen coro.
Declaran que la definición leninista de las clases “ha envejecido” y consideran
que en su lugar se debe introducir el concepto de “grupos”, etc. Afirman que
los hombres se unen en grupos, ateniéndose a rasgos secundarios y no al de la
relación que guardan con respecto a los medios de producción. Al negar la
existencia de las clases, los revisionistas renuncian también a la lucha de
clases. Así el italiano Giolitti 22 considera que la tarea de los
obreros no consiste actualmente en luchar contra la burguesía, sino en
contribuir al progreso técnico. Este conducirá, según él, a que el paso del
poder a manos del pueblo se produzca automáticamente, sin luchas de clases ni
revolución 23.
22 Giovanni Giolitii, político italiano, nacido el 27 de
octubre de 1842, en Mondovi (Italia), y fallecido el 17 de julio de 1928, en
Cavour (Italia) (ARP)
23 La lucha de clases al igual que ayer, soterradamente
es más virulenta si cabe. Si, es cierto
que actualmente no existe revolución de ningún tipo, ésta se ha trocado en una
galopante involución. Esta involución la segregan todos los revisionistas,
reformistas, ideólogos, sociólogos, arribistas,
oportunistas, etc., firmes defensores
de la burguesía capitalista. (ARP)
Con
semejantes divagaciones sobre la inexistencia de las clases y de la lucha de clases en la sociedad burguesa
contemporánea y sobre una ficticia era de “concordia del trabajo y el capital”,
los apologistas de la burguesía y sus servidores revisionistas procuran confundir a la clase
obrera, inculcarle la idea de que la lucha de clase contra la burguesía no
tiene objeto y encauzar el movimiento obrero por la vía reformista.
¿Qué ocurre en realidad?
Es sabido que el nivel de vida de
cierta parte de los obreros norteamericanos, y particularmente su cúspide, es
bastante alto, sobre todo con la clase obrera de otros países capitalistas. No
se debe olvidar, sin embargo, que no todos los obreros estadounidenses tienen
ese alto nivel. Millones de parados 24,
negros mejicanos y otros obreros no disponen siquiera del salario vital mínimo.
Al mismo tiempo, el 1% de la población norteamericana –los representantes de la
burguesía capitalista- tienen en sus manos el 60% de toda la riqueza nacional,
con la particularidad de que, aproximadamente, unos 150 magnates del gran
capital poseen ingresos individuales superiores a un millón de dólares anuales.
24 Los sociólogos e ideólogos burgueses suele enfocar el
paro con cantidades relativas, pues estas son menos alarmantes que las absolutas.
Según datos estadísticos actualmente en Norteamérica el paro relativo ronda el
7%; pero este paro relativo suponen 25.000.000 millones de paro absoluto. Este
paro unido a los casi 50.000.000 millones de ciudadanos en umbral de la miseria
y pobreza dura y pura, son parte de los que otorgan al 1% de la población
estadounidense, el 60% de la riqueza nacional. (ARP)
Algunos obreros estadounidenses
tiene ahorros, pero ¿cuál es su parte del volumen total de los ahorros?
Solamente el 1% corresponde a la mitad de la población, mientras la otra mitad
posee el 99%.
Los obreros norteamericanos
también poseen acciones. Pero el valor mercantil de todas ellas, las de todos
obreros norteamericanos en su conjunto, es diez veces menor que el las acciones
perteneciente a la familia Du Pont 25 es decir, constituye sólo el
0,2% aproximadamente del valor de todas la acciones existentes en EE.UU.
25 Du Pont (NYSE:DD) (abreviatura usual de E.I. du Pont
de Nemours and Co.) es una empresa multinacional de origen estadounidense,
dedicada fundamentalmente a varias ramas industriales de la química,
perteneciente a la familia Du Pont.
¿De qué desaparición de las
clases, de qué “gran clase media norteamericana” se puede hablar? EE.UU., es un
país de enormes contrastes, de profundísimas contradicciones sociales 26.
En otros países capitalistas, la situación de los trabajadores es mucho peor que
la gran mayoría de los norteamericanos, y las contradicciones entre la
burguesía y el proletariado, más profundas y agudas.
26 La gran clase
media Norteamérica, o sueño americano, tan enaltecido por sociólogos e
ideólogos afines a la burguesía capitalista, ha generado 50 millones de
pobres y 25 millones de parados en el
país de jauja. ¿A esto le llaman los sociólogos e ideólogos burgueses la desaparición de la clase, la gran clase
media americana? Este sueño americano se inicio en la mente calenturienta de
estos sicofantes, y se reduce finalmente
en la mente de fría de 75.000.000 millones de ciudadanos. (ARP)
No cabe ninguna duda de que en la
sociedad burguesa contemporánea domina la propiedad capitalista. Por eso hay
también clases antagónicas: la burguesía y el proletariado, y por eso existe
entre ambas una cruenta 27 e ininterrumpida lucha de clases.
27 La lucha de clases siempre ha existido
ininterrumpidamente, la mayoría de las veces de forma cruenta. Actualmente no
se ha interrumpido la lucha de clase, esta lucha ha dejado de ser cruenta por
parte de la clase obrera, pero muy reprimente por parte de la burguesía
capitalista. ¿Hasta cuándo? (ARP)
La lucha de clases en la sociedad
capitalista contemporánea
La lucha de clases entre el
proletariado y la burguesía se libra actualmente en los países capitalistas en
las condiciones de la nueva etapa de la crisis general de capitalismo y de la
trasformación del sistema socialista en el factor decisivo del desarrollo
mundial. Hoy es más favorable la situación par el movimiento obrero 28.
Los éxitos de la Unión Soviética
y de todo el sistema socialista, al ahondamiento de la crisis del capitalismo 29,
la influencia cada vez mayor de los partidos comunistas en las masas y el
fracaso ideológico del reformismo, han modificado esencialmente las condiciones
de la lucha de clases a favor de la clase trabajadora. Las posibilidades del
movimiento obrero se amplía aun más gracias al descontento de las masas
trabajadoras hacia las políticas reaccionarias del imperialismo y, sobre todo
hacia la política que exacerba la psicosis de guerra y la carrera armamentista,
cuyo peso fundamental recae sobre los hombros de los trabajadores que, en
número creciente, empiezan a convencerse de que la salida natural de su
perentoria situación es el socialismo, lo cual crea condiciones propicias para
incorporarlos a la lucha activa contra
la burguesía. Las conquistas del sistema socialista, sus ventajas frente al
sistema capitalista multiplican la pujanza del movimiento proletario y su lucha
en los países capitalistas.
28 Al día de hoy, 6 de setiembre de 2016, y una vez desaparecida
la Unión Soviética ,
en la situación del movimiento obrero ha habido un retroceso muy importante que
ha dejado en entredicho la trasformación del sistema socialista como factor
decisivo del desarrollo mundial. Este desarrollo que se vislumbraba en el
horizonte ha sido cercenado por la burguesía capitalista, dejando al obrero a
su suerte y en manos de los explotadores. (ARP)
29 El
ahondamiento de la crisis del capitalismo (una más de las muchas que ha tenido
en la historia del capital burgués), que surgió a partir del 2008 hasta sabe
cuando, la van a solucionar a cuenta de la clase trabajadora, el ejército de
parados, los pobres, los desahuciados, los pensionistas, la sanidad, la
educación, la cultura, la investigación, los copagos farmacéuticos, etc., que
solucionarán la crisis que provocó la burguesía capitalista, depauperando a la
mayoría de la ciudadanía. (ARP)
La particularidad más importante
del movimiento obrero contemporáneo es la conjugación de su lucha por el
socialismo con el movimiento de todo el pueblo por la paz, la independencia
nacional y la democracia. Aprovechando condiciones favorables, la clase obrera
de muchos países, aún antes de derrocar al capitalismo, puede obligar los medios gobernantes a cesar los
preparativos de una nueva guerra mundial y renunciar a la provocación de
guerras locales, a orientar la economía hacia fines pacíficos, puede rechazar
la ofensiva de la reacción fascista, lograr que se lleven a la práctica
programas nacionales de paz, que se defienda la independencia nacional y los derechos democráticos y logar una
cierta mejora de las condiciones de vida del pueblo.
Por sí solas estas medidas no
persiguen fines socialistas, pero, como se indica en el Programa del PCUS,
rebasan los límites de reformas ordinarias y tienen una importancia vital,
tanto para la clase obrera y su lucha por el socialismo, como para la mayoría
de la nación. Estas medidas contribuyen objetivamente a facilitar el camino
hacia el socialismo por cuanto socavan el dominio de los monopolios
capitalistas, enemigo principal de la clase obrera y del pueblo.
El agrupamiento de las fuerzas
socialistas y democráticas se produce sobre la base común de la lucha contra el
imperialismo. Socialismo y democracia son inseparables. Sólo el socialismo es
la realización de la democracia sin limitaciones de ningún género. Por eso el
proletariado que lucha por el socialismo es, al mismo tiempo, un fervoroso
luchador por la democracia. La clase obrera y sus partidos marxistas están en
la vanguardia del movimiento democrático contemporáneo. La clase obrera junto
con otras partes del pueblo contra las aspiraciones de la oligarquía financiera
de suprimir las libertades democráticas, limitar el poder del parlamento y
modificar la constitución, para establecer el poder personal de los testaferros
de los monopolios 30 y pasar del parlamento a distintas variedades
de dictadura fascista 31.
30 En la legislatura 2012-2016 gobernada por el partido
neoliberal conservador del Partido Popular este hecho y muchos otros, vinieron
a corroborar la supresión de las libertades democráticas. (ARP)
31 Una variedad de la dictadura fascista no deja de ser la Dictadura capitalista,
en la que estamos inmersos actualmente. (ARP)
El proletariado emplea las formas
más diversas en la batalla por sus
derechos, por la democracia y el socialismo: huelgas, manifestaciones, etc.,
sin descontar la lucha parlamentaria.
La forma de la lucha más
extendida en las condiciones contemporáneas es la huelga. Desmintiendo las
afirmaciones de los articulistas burgueses y reformista sobre la armonía entre
la burguesía y el proletariado, el movimiento huelguístico crece y se amplia en
los países capitalistas: si en 1958 se declararon en huelga todo el mundo
capitalista, según datos incompletos, 22.4000.000 personas, en 1959
participaron en las huelgas 47.700.00 personas, y en 1960 fueron 53.200.000 los
huelguistas. Es sintomático que aquéllas presentan actualmente un carácter más
organizado y masivo que en el período de anteguerra. Por ejemplo, en cada una
de las tres huelgas generales que se declararon en Japón (junio de 1960) participaron de 5.000.000 a 6.200.000
personas; en cada una de las huelgas generales de Francia (febrero de 1960 y
abril de 1961) participaron 12.000.000 de trabajadores.
Importa señalar que las
reivindicaciones obreras rebasan cada vez más los límites económicos y
adquieren carácter político. Si en 1958, por ejemplo, participaron en las
huelgas políticas en todo el mundo capitalista unos diez millones de personas
–aproximadamente el 43% de todos los huelguistas, en 1960 aquéllas abarcaron a
más de cuarenta y un millón de personas, o sea, el 73% aproximadamente del
total de los huelguistas. En todas las acciones se plantea la lucha por la paz,
el cese de la carrera armamentista y la prohibición del arma atómica. La clase
obrera y su vanguardia revolucionaria, el partido marxista, dirigen su golpe principal contra el
monopolio capitalista, baluarte de
la reacción y la agresión, culpables fundamentales de la carrera armamentista y
de la difícil situación en que se encuentran los trabajadores.
La clase obrero no está sola en
la lucha contra las fuerzas imperialistas: las masas campesinas son su aliado
seguro y las capas de vanguardia de la intelectualidad y otras fuerzas
progresistas de la sociedad les brindan su adhesión.
La particularidad característica
del movimiento del partido obrero contemporáneo es la amplitud y elevación considerable de su
actividad política en la lucha contra la reacción imperialista, por la paz, la
democracia y el socialismo.
El crecimiento de los partidos
comunistas y obreros testimonia el
profundo avance operado en la conciencia de las masas trabajadoras. Si en
vísperas de la segunda guerra mundial militaban en los partidos comunistas de
los países capitalistas de 650.000 a 700.000 personas, en la actualidad 32
agrupan a más de 5.200.000 miembros en sus filas.
32 “En la
actualidad” posiblemente se refiera antes del año 1973,
fecha de la 3ª edición del Manual de Filosofía de Víctor Afanasiev. (ARP)
Los medios reaccionarios aplican
las medidas más draconianas contra el movimiento comunista y democrático.
Recurren cada vez más a los métodos de la dictadura abierta de la burguesía
monopolista, eliminan los restos de democracia y utilizan el viejo recurso de
implantar un gobierno de “mano dura”. En algunos países capitalistas como en
Alemania occidental 33, aparecen tenebrosos síntomas fascistas.
33 Cuando se lanzó
la 3ª edición en 1973 del Manual de filosofía
de Víctor Afanasiev, Alemania estaba fraccionada en dos partes: República
Federal Alemana en la parte occidental, y la República Democrática en la
parte oriental Si ya en aquellos años
aparecían síntomas de grupúsculos fascistas, en la actualidad (2016), estos síntomas tenebrosos fascistas están sorprendiendo
un serio y peligroso auge, que pondrá en grave compromiso a la clase
trabajadora y a todas las fuerzas
progresistas amantes de la paz. (ARP)
En tales condiciones, en la lucha
por la paz, por la democracia y el socialismo, adquiere inmensa importancia la
unidad de la clase obrera y de todas las
fuerzas progresistas y amantes de la paz. Para resolver las grandes tareas
históricas, se dice en la
Declaración de la Conferencia de Representantes de los Partidos
Comunistas y Obreros de todos los países socialistas (1957) “son necesarias la
unión no sólo de los propios partidos comunistas y obreros, sino de toda la
clase obrera y los campesinos, la cohesión de todos los trabajadores y de toda
la humanidad progresista, de las fuerzas amantes de la libertad y de la paz del
mundo entero”.
Los auxiliares de la reacción
imperialista dentro del movimiento, como los líderes de la socialdemocracia de
sentimientos anticomunistas (Guy Mollet 34, Spaak 35 y
otros) y los oportunistas de toda laya, impiden que se llegue a la unidad de la
clase obrera, aplican una política escisionista, tergiversan la esencia de la
teoría marxista-leninista e intentan desacreditar el movimiento comunista. En
la etapa actual adquieren suma importancia la lucha contra las tendencias
oportunistas y la necesidad de derrotar el revisionismo y el dogmatismo.
34 Guy Mollet fue un político socialista francés, que
ejerció como Primer Ministro entre 1956 y 1957, durante la época de la IV República. Lideró
la sección francesa de la Internacional Obrera entre 1946 y 1969. Nació el
31 de diciembre de 1905, en Flers (Francia), y falleció el 3 de octubre de
1975, en París (Francia). (ARP)
35 Paul-Henri Spaak fue un político belga,
uno de los iniciadores de la unión aduanera de Bélgica con los Países Bajos y
Luxemburgo, que daría lugar al Benelux. Nació el 25 de enero de 1899, en
Schaerbeek (Bélgica), y falleció el 31 de julio de 1972, en Braine-l’Alleud (Bélgica).
(ARP)
Los
partidos comunistas han derrotado el revisionismo en sus filas, lo han
conducido a su robustecimiento ideológico y orgánico y al movimiento comunista
en su conjunto. Sin embargo, los intereses de este último, exigen que ahora se
siga luchando contra el revisionismo 36, el dogmatismo 37 y el sectarismo 38.
36 Tendencia
a someter a revisión metódica doctrinas, interpretaciones o prácticas
establecidas con la intención de actualizarlas. (ARP)
37 1. Actitud de la persona que no admite que se discutan sus
afirmaciones, opiniones o ideas. 2. Doctrina filosófica, opuesta al escepticismo,
que afirma que la mente humana tiene capacidad para conocer la verdad. (ARP)
38 Cualidad o actitud propia
de la persona que defiende y sigue con fanatismo e intransigencia una idea o
una doctrina, sin admitir ninguna crítica sobre la misma. (ARP)
El
revisionismo, u oportunismo derechista 39, al tergiversar el
marxismo y despojarlo del alma revolucionaria, es un reflejo de la influencia
burguesa en la clase obrera. Paraliza la voluntad revolucionaria de los obreros
y los desarma en su lucha.
39 El oportunismo de derechas habla del
desarrollo del capitalismo para tratar de demostrar que en el sistema vigente
la economía de la nación prospera, aunque casi siempre no de más cifras que las
de las jugosas ganancias del imperialismo y sus intermediarios. Su interés
político se encamina a mantener el orden establecido e impedir la revolución; sin embargo, el oportunismo de izquierdas habla del desarrollo capitalista
para tratar de demostrar que la revolución no es de nueva democracia sino
socialista, aunque sus disquisiciones se restrinjan a especular en abstracto
sobre un capitalismo en general, mientras vela el pleno dominio del
imperialismo en todas y cada una de las actividades económicas de la nación.
(ARP)
El
dogmatismo y el sectarismo están en contradicción inconciliable con el
desarrollo creador del marxismo-leninismo, al suplir el estudio de la situación
concretas con citas y repeticiones literales de los escrito marxistas y
conducen a los comunitas se aíslen de las amplias masas de los trabajadores.
Defender resueltamente la unidad
del movimiento comunista internacional y abstenerse de actos que puedan
menoscabar esta unida, son condiciones obligatorias para obtener la victoria en
la lucha por la independencia nacional, la democracia y la paz y por la
solución adecuada de las tareas de la revolución socialista y de la edificación
del socialismo y el comunismo.
4. LAS
CLASES Y LA LUCHA DE
CLASES EN EL PERIODO
DE TRANSITO DEL CAPITALISMO AL SOCIALISMO
Ya hemos visto que, desde el
momento en que apareció la propiedad privada de los medios de producción y las
clases antagónicas, se mantiene una lucha inconciliable entre los explotados y los explotadores. Esta
lleva a la revolución socialista, que tiene por resultado la supresión del
dominio de loa burguesía y la implantación del poder de los trabajadores: la
dictadura del proletariado. La instauración de dicha dictadura implica el
comienzo del período de tránsito del capitalismo al socialismo.
La lucha de clases en el período de
tránsito
del capitalismo al socialismo
La lucha de clases durante el
pasaje del capitalismo al socialismo es inevitable. La burguesía derrocada no
se resigna a que en el poder estén esos mismos trabajadores que ella explotara
durante decenios, a que ellos atenten contra su santuario: la propiedad privada
40. La burguesía no admite en absoluto que e haya puesto a su vida
ociosa y sosegada, que se hay puesto a
fin a su riqueza, privilegios y dominio ilimitad. Por eso ofrece resistencia,
con exacerbamiento y fanática tenacidad, al nuevo poder proletario, recurriendo
a los métodos más diversos a la lucha contra él. Al utilizar sus posiciones
económicas y relaciones anteriores con la cúspide de la intelectualidad, de los
funcionarios y especialistas militares, procuran desorganizar la vida
económica, el trabajo de las instituciones estatales y la defensa del país.
Trata asimismo de influir en la conciencia de las masas populares. Y,
finalmente, recurre a la lucha armada contra los trabajadores, cifrando sus
mayores esperanzas en la ayuda del capital internacional. La experiencia de la
historia (la campaña de los 14 Estados imperialitas 41 contra la
joven República Soviética, la intervención de los imperialistas en China y
Corea, los acontecimiento de Hungría en octubre de 1956), enseña que el
proletariado se ve obligado a mantener una lucha exasperada, no sólo contra la
de su país, sino contra la burguesía reaccionaria internacional.
40 Es decir, se refiere a la propiedad privada de los
medios de producción: maquinaria, transporte, naves, edificios industriales, etc.,
no a la propiedad privada de cada cual, como enseres, viviendas automóviles y
otras cuestiones de índole personal. (A.R.P.)
41 La intervención aliada en la
Guerra Civil Rusa fue una expedición militar multinacional que fue
lanzada en 1918 durante la Primera Guerra Mundial, que continuó en la Guerra Civil Rusa. Las operaciones fueron llevadas a
cabo por 14 naciones y cubrieron un enorme territorio. Los objetivos
iniciales de la operación eran rescatar a la Legión Checoslovaca, asegurar los suministros
y armamentos en los puertos rusos y restablecer el Frente Oriental contra la Alemania imperial. Al final de la Primera Guerra
Mundial, temerosos del bolchevismo, catorce países aliados intervinieron
en la Guerra Civil
Rusa al lado de las fuerzas del Movimiento Blanco antibolchevique que antes
habían perdido la Revolución de Octubre en 1917.
(ARP)
Resulta
que la dictadura del proletariado no suprime la lucha de clases, que ésta
prosigue en el período del tránsito. Pero ella trascurre ya en unas condiciones
en las que el proletariado domina políticamente y concentra en sus manos las
posiciones claves de la economía. De acuerdo con el cambio de las condiciones,
cambian también las formas de lucha. “La dictadura del proletariado no es el
fin de la lucha de clases –indicó Lenin-, sino su continuación en nuevas
formas. La dictadura del proletariado es la lucha de clases del proletariado,
que ha vencido y tomado el poder político en sus manos, contra la burguesía,
vencida, mas no aniquilada, que ni ha desaparecido ni cesado de oponer
resistencia, contra la burguesía, que ha reforzado su resistencia” 42.
42 V.I.
Lenin. Obras Completas, t. XXIX, ed. cit., pág. 373. (Ed.)
El
quebrantamiento de la resistencia de los explotadores 43, sin
excluir el empleo de métodos armados, la lucha por librar a los campesinos de
la influencia de la burguesía y atraerlos a la edificación socialista, la
incorporación de los especialistas burgueses al trabajo en la economía nacional
y la educación de la disciplina socialista son las nuevas formas de la lucha de
clases en la época de tránsito del capitalismo al socialismo 44.
43 La
resistencia de los explotadores contra la explotación del proletariado, a punto
estuvo de ser definitiva, pero a raíz de la desaparición de la Unión Soviética , los
explotadores volvieron a surgir, si cabe,
con más fuerza que antes de la Revolución Bolchevique. (ARP).
44 Sobre
esta cuestión se tratará más extensamente en el capítulo VII (ARP)
Actitud del proletariado frente a la
violencia
La
lucha inconciliable de loa clase obrera y los campesinos contra la burguesía
agonizante, pero aún resistente, constituye un factor importantísimo del
desarrollo de la sociedad durante el paso del capitalismo al socialismo.
Conduce en última instancia a la liquidación total de la burguesía como clase y
a la consolidación de la sociedad en la que no existe la explotación del hombre
por el hombre.
¿Con
qué medios, pues, vence la clase obrera la resistencia de la burguesía, cuál su
actitud frente a la violencia?
Los
ideólogos burgueses 45 tratan de presentar la dictadura del
proletariado como un instrumento del terrorismo ilimitado y destructivo, declarando que el proletariado emplea la violencia, la
lucha armada, como único medio de combatir a la burguesía. En realidad tanto en
la teoría como en la práctica, el marxismo-leninismo parte de la reducción de
la resistencia de la burguesía se puede manifestar tanto en forma violenta como
pacífica.
El
proletariado es la clase más humana de nuestro tiempo. Aspira a conservar y
multiplicar las conquistas de la cultura, elevar el nivel de la producción y
conservar la principal fuerza productiva: los hombres y los trabajadores. Por
eso está sumamente interesado el paso pacífico del capitalismo al socialismo.
La vía pacífica conserva enormes valores materiales y masas de gente, razón por
la cual, como dijo Lenin, es la más benigna de todas, la más fácil y ventajosa
para el pueblo.
Pero el
derrotero que siga la revolución, pacífico o no pacífico, no depende tanto de
la clase obrera como del grado de resistencia de la burguesía, de su
disposición a hacer concesiones. “Si la clase derrocada no ofrece resistencia a
lo nuevo, a lo que ha surgido en el curso del desarrollo histórico de la
sociedad como consecuencia de la revolución, la clase obrera no tiene necesidad
de recurrir a la revolución violenta. Por contrario, cuando los explotadores
tratan de hacer girar hacia atrás la rueda de la historia, de impedir que el
pueblo tome el poder en sus manos, de estrangular la revolución, entonces la
clase obrera, todos los trabajadores, tienen el deber en nombre de sus
intereses vitales, de poner en juego los medios de represión para salvaguardar
sus conquistas sociales y defender los intereses vitales de los trabajadores,
los intereses de todo el pueblo” (Jruchov) 46.
46 Nikita
Serguéievich Jruschov, también conocido como Nikita Jrushchov, Nikita Kruschov,
Nikita Kruschev o Nikita Khrushchev, fue el dirigente de la Unión Soviética.
Nació el 15 de abril de 1894 en Kalinovka (Rusia), y falleció el 11 de setiembre
de 1971 en Moscú (Unión Soviética). (ARP)
En la URSS , primer país que realizó
la revolución socialista, la burguesía intentó recuperar por la fuerza de las
armas el poder, la propiedad y los privilegios perdidos y recabó la ayuda
armada del capital internacional. Por eso la clase obrera no tuvo otra salida.
La guerra civil fue, por lo tanto, una de las formas específicas de la lucha de
clases en la URSS
en el período de tránsito. También se aplicaron enérgicas medidas de
sometimiento por la violencia en la lucha de clases contra los Kulaks 47.
47 Los kuláks o kulakí (del ruso кулак: /kulak/, puño) eran los agricultores
y campesinos
propios de la URSS
que poseían propiedades y contrataban a trabajadores. Posteriormente el término
fue utilizado para todos los deportados, condenados y opositores a las
colectivizaciones. (ARP)
Sin
embargo, como enseña la experiencia de la lucha de clases en los países
europeos de democracia popular, el aplastamiento armado de la burguesía no es
siempre una forma necesaria de la lucha de clases en el período de
tránsito. Allí no hubo guerra civil porque la fuerza real
estaba del lado del proletariado. Las posiciones fundamentales de la reacción
habían sido expugnadas ya durante la lucha liberado contra el fascismo alemán y
lo que restaba no contaba con suficiente fuerzas y no se atrevió a ofrecer
resistencia armada al poder del pueblo. Al mismo tiempo, la presencia de las
unidades del Ejército Soviético, ejército liberado, no permitió que la reacción
imperialista internacional organizara un intervención militar 48.
48 Sin
embargo, según algunos historiadores y analistas militares, sí que la reacción imperialista de la burguesía capitalista
armó al ejército nazi de Hitler con todos los medios a su alcance, para que
éste, lanzara sus ejércitos contra la Unión Soviética. Cegados por el
odio hacia la URSS ,
los imperialista burgueses capitalistas contaban que el primer golpe del
militarismo nazi fuese contra la Unión
Soviética , pues es sabido por todos, que el primer golpe lo
sufrió los imperialistas burgueses, pues la política militar de Hitler optó por
lanzar en primer lugar el ataque a
occidente, hacerse con recursos naturales de los países occidentales burgueses,
al tiempo que salvaguardaba la
retaguardia alemana y más tarde atacar cobardemente la
URSS. Al final, y ante tal desastre, los
imperialistas burgueses, aun a regañadientes, no tuvieron más remedio que
pactar con las clases hostiles y odiadas de la Unión soviética, con objeto de derrotar a la
bestia parda de nazismo alemán.
El
grado de agudeza de la lucha de clases en el período de tránsito no sólo
difiere según los países, sino en un mismo país en distintos períodos de su
desarrollo. La experiencia histórica de la Unión soviética y de los países de democracia
popular ha demostrado que, conforme se fortalece la dictadura del proletariado
y alcanzan éxitos en la construcción del socialismo, la correlación de fuerzas
de clase cambia indeclinablemente a favor del socialismo, por eso se debilita
la resistencia de las clases hostiles. Tal es la tendencia general del
desarrollo de la lucha de clases dentro de un país en el desarrollo de tránsito
del capitalismo al socialismo.
De allí
el profundo error de la tesis emitida por Stalin en 1937, acerca de que la lucha de clases se
acentúa a medida que crecen las fuerzas del socialismo. Esta tesis, formulada
cuando ya se habían liquidado las clases explotadoras y construido el
socialismo en la URSS ,
justificaba las infracciones más burdas de las normas leninistas de la vida del
Partido y el Estado, de la democracia y las leyes socialistas.
Basados
en que la luchas de clases puede presentar distintas formas en el período de
tránsito, el proletariado y su partido marxista tratan de dominar todas ellas y
aplicar las que mejor correspondan a la situación concreta y a la correlación
objetiva de las fuerzas de clase.
5. ESTRUCTURA DE CLASE DE LA SOCIEDAD SOCIALISTA
Con la
construcción del socialismo en la
URSS la estructura de clase de la sociedad socialista ha
sufrido cambios radicales. Se ha destruido para siempre la sociedad la
propiedad privada de los medios de producción 49. Las clases
explotadoras han sido liquidadas tanto en la ciudad como en el campo. Han
quedado dos clases amigas: la clase obrera y los campesinos kojosianos,
así como la intelectualidad
trabajadora, que han cambiado radicalmente en los años del Poder Soviético.
49 Para
siempre no existe nunca nada. Por lo sucedido en la Unión Soviética no se llegó destruir
en su totalidad la propiedad privada de los medios de producción. Esta si cabe,
ha rebrotado de nuevo, si no que se le
pregunte al actual presidente y dueño
del Chelsea Football Club, Román Arkádievich Abramóvich multimillonario
ruso, cuyos dividendos provienen principalmente del petróleo.
Es visto como uno de los más grandes oligarcas rusos. Si no existiera la propiedad privada
en Rusia, este paradigmático personaje no se podría gastar los cientos y
cientos de millones de euros en la compra del mencionado club de fútbol, ni
pagar desde que está como presidente, más de 1000 mil millones de euro en
fichajes y compras de jugadores. Esto es
lo que ha sucedido cuando los explotadores se han hecho de nuevo con la
propiedad privada de los medios de producción.
A éste
habrá que añadir según la versión rusa de
la revista Forbes publicó el 19 de abril en su página una lista con los 200
hombres más ricos de Rusia. Para entrar
en esta lista hay que poseer una fortuna de aproximadamente 450 millones de dólares.
Previamente, en
marzo de 2012, la Forbes
americana había publicado el ranking de multimillonarios en el mundo, donde
entra casi un centenar de rusos. Forbes no había calculado sus fortunas para el
ranking de abril, por eso entre los rusos más ricos no hay modificaciones: el
primer puesto, tal y como antes, lo ocupa Alisher Usmanov (18 ,1 mil millones
de dólares) y el segundo Vladimir Lisin (15,9 mil millones de dólares).
El hombre más rico
de Rusia, cuya fortuna
de todas formas no alcanza los mil millones de dólares, es Arkadi Volozh de
Yandex. Sus activos están valorados en 950 mil millones de dólares.
La revista también
centra su atención en que en el ranking de los 200 rusos más ricos han entrado
ocho senadores, diez diputados de la Duma Estatal , dos gobernadores regionales y el
consejero del presidente de Rusia, Mijail Abyzov. Igual que en 2011, en la
lista hay una sola mujer: Elena Baturina.
Cabe señalar que
los resultados del ranking de Forbes difieren ligeramente de los datos del
ranking de Bloomberg sobre las 40 personas más ricas del mundo, que se renueva
una vez al día. De acuerdo con este índice, la fortuna de Alisher Usmanov está
valorada en 19 mil millones de dólares; la de Lisin, en 17,9 mil millones de
dólares. Además, Bloomberg valora el precio de los activos de otro
multimillonario ruso, Guennady Timchenko.
Con lo expuesto
podemos deducir, que a partir de hacerse de nuevo con la propiedad privada de
los medios de producción en Rusia, la oligarquía rusa han crecido sus fortunas
en progresión aritmética; mientras que el proletariado, una vez que perdieron
la propiedad privada de los medios de producción, la pobreza ha crecido en
progresión geométrica creciente.
Los ideólogos y
sociólogos subjetivos burgueses, que tanto criticaron cuando los medios
privados de producción pasaron a manos del pueblo, el proletariado,
denigrándolos y tachándolos de terrorista; nada argumentan ahora, sobre el paso
de la propiedad privada de los medios de producción al poder de la oligarquía
rusa. Al contrario, ahora estos ideólogos y sociólogos de corte burgués los
aplauden y alaban objetivamente, pero que no dejan de ser los nuevos
explotadores burgueses. (ARP)
La clase obrera ya no es el proletario de antes
explotada y sin derechos. Posee con todo el pueblo los medios de producción es
la dueña verdadera del país. Como clase más organizada y conciente y siendo por
naturaleza la portadora de la relaciones de colaboración amistosa y ayuda
mutua, la clase obrera desempeña en el socialismo y en el período de
construcción del comunismo el papel dirigente en la sociedad.
La colectivización de la agricultura y la
revolución cultural han trasfigurado a los campesinos soviéticos. Lo que antes
era una masa dispersa, embrutecida y explotada por terratenientes y Kulaks, se
ha trasformado en una clase auténticamente libre, que trabaja en grandes
haciendas mecanizadas.
El trabajo común en bien de la patria le ha
quitado al campesino su retraimiento, lo ayudó a superar su psicología de
propietario y educó en él sentimientos de colectivismo, amistad y compañerismo.
La cultura de los campesinos soviéticos se eleva constantemente. El vasto
empleo de la maquinaria moderna ha originado en el campo la aparición de
personal calificado de conductores de máquinas, cuyo trabajo se distingue poco
de los obreros.
La intelectualidad también ha experimentado
grandes cambios. Hoy es verdaderamente popular. La mayoría parte de sus
representantes han salido de la clase obrera y de los campesinos; por eso
sirven fiel y abnegadamente al pueblo.
En lo que lleva de existencia el Poder Soviético,
las filas de los intelectuales han aumentado considerablemente. El número de
especialistas con estudios superiores terminados e incompletos y con instrucción media especializada ha pasado de 290.000 en
1913 a 13.400.000 en 1959. Hoy trabajan en bien del pueblo soviético dos
millones de maestros, centenares de miles de colaboradores científicos,
médicos, ingenieros, peritos, juristas 50,
especialistas de hacienda y otras ramas.
50 Para
los ideólogos, sociólogos, etc., aburguesados, quiero recordarles que: “el jurista es aquella persona que con su profesión está relacionada con el derecho y La ley, tiene una tipología
de personas rectas, honesta,
sinceras y responsables ya que para sus obligaciones legales son requeridas y
exigidas antes la ley, debe ser personas humanistas que van de la mano actuando
como coadyuvantes de la justicia luchando en la defensa del
cumplimiento de la ley, gozando de libertad y carácter como firmeza en defender
las causas justas, con vocación de ética profesional moral y estudios extensos
de las leyes para defenderlas y hacerlas valer justamente”.
Lamentablemente, cuando estamos inmersos en la cultura de la
mentira, la corrupción, el nepotismo y el mirar para otro lado como sólo
existieran unos, y otros no, la maestría que define al jurista se suele pasar
por alto, importándoles un bledo la humanística de éstos. (ARP)
En la
URSS están suprimiendo para siempre la dominación y
sometimiento entre clases. No hay clases ni grupo de hombres privilegiados.
Todos los miembros de la sociedad tienen las misma relación frente a los medios
de producción, lo que es excluye la
posibilidad de la explotación y apropiación del trabajo ajeno. La
sociedad socialista es una sociedad de trabajadores. “En nuestro país –dice
Jruschov- no hay capitalista. Nuestras fábricas y empresas son propiedad de
todo el pueblo. La tierra y sus riquezas pertenecen al pueblo. Los campesinos
trabajan en esa tierra en haciendas colectivas. Los ingresos que percibe cada
uno dependen de su trabajo y no del capital invertido”.
Puesto que en la sociedad socialista no hay
explotadores ni explotados, sino clases
y grupos sociales trabajadores, en ella tampoco hay lucha de clases.
En la sociedad socialista se ha logrado la unidad político-social e ideológica del pueblo
soviético. Esta unidad estriba en la
comunidad de los objetivos económicos y políticos fundamentales de la clase
obrera, los campesinos y la intelectualidad, en su afán unánime por construir
la sociedad comunista, que les traerá los mayores bienes materiales y
culturales. Esto permite que el pueblo soviético actúe unido, venza las
dificultades más arduas y resuelva tareas de inmenso alcance histórico. La
vigorosa fuerza de millones de hombres vinculados por una comunidad de
intereses, fundidos por la unidad de acción e inspirados por las magnas ideas
del comunismo, representan una fuerza invencible.
6.
MEDIOS PARA SUPERAR LAS DIFERENCIA DE CLASES
La existencia en la sociedad socialista de dos
clases amistosas: la clase obrera y campesina, se debe a que en el
socialismo se conserva aún dos formas de propiedad socialista: la de todo el pueblo y la
cooperativa-koljosiana; subsisten, por consiguiente, las diferencias
esenciales entre la ciudad y el campo. Además, en el socialismo existe también
una capa social como los intelectuales, consecuencia de que aún media una
diferencia esencial entre el trabajo intelectual y el manual.
Por eso el proceso de superación de las
diferencias de clases, así como el de la extinción de las fronteras entre la
intelectualidad, por un lado, y los obreros y campesinos, por otro, se reduce
en esencia a la eliminación de las diferencia entre la ciudad y el campo y
entre el trabajo intelectual y el manual. Lenin consideraba que para suprimir
por completo las clases no basta con derrocar a los explotadores, sino que “es
necesario suprimir la diferencia existente entre la ciudad y el campo, así como
entre los trabajadores manuales y los intelectuales” 51.
51 V.L.
Lenin, Obras completas, t- XXIX, ed. cit.., pág. 413 (Ed.)
El proceso de extinción de las fronteras sociales
en la sociedad socialista se opera paulatinamente, en base a desarrollo
indeclinable de las fuerzas productivas y de las relaciones socialistas de
producción, mediante su trasformación en relaciones comunistas.
Vías de superar la diferencia esenciales entre la
ciudad y el Campo
En el capitalismo la ciudad explota
despiadadamente al campo. De ahí la contraposición inconciliable de sus
intereses. El socialismo suprime estas tendencias contrapuestas; sin embargo,
aún quedan entre ellos diferencias esenciales de carácter económico-social,
cultural y de género de vida. Estas diferencias consisten ante todo en que, en
la ciudad, o sea, en la industria,
existe la propiedad del Estado, de todo el pueblo, mientras que en el campo, en
la producción koljosiana existe la propiedad cooperativa-koljosiana, de grupo.
Además, el campo va algo rezagado de la ciudad, con respecto al nivel de
cultura y se diferencia de ella en el género de vida.
Durante la construcción del comunismo, en la base
leal reforzamiento y desarrollo sucesivo de la propiedad koljosiana, se produce
un proceso gradual de aproximación de ésta a la propiedad de todo el pueblo.
Este proceso depende del aumento de la base técnica de la producción koljosiana
y de la trasformación paulatina del
trabajo agrícola en una variedad de trabajo industrial. El paso más importante
de esta trasformación ha sido la organización de las EMT y la venta de las
máquinas agrícolas a los koljoses; de este modo se creó en los koljoses una
base propia de maquinaría agrícola moderna.
Con el incremento de la mecanización se eleva el
rendimiento del trabajo en la agricultura y aumentan los ingresos de los
koljoses y los koljosianos. Las proporciones y formas de renumeración del
trabajo se aproximarán cada vez más a las que se aplican en las empresas
industriales de las ciudades.
El cambio del carácter
de la producción agrícola cambia también la fisonomía de la aldea, la vida de
los campesinos, y eleva su cultura. Actualmente se construyen en gran escala
locales para conservación y reparación de máquinas, para el ganado, para
almacenamiento y otros fines de producción, empresas para elaboración de
materias primas agrícolas y fabricación de materiales de construcción.
La construcción de comedores, guarderías infantiles y casas cuna, panaderías, tiendas y
otros establecimientos comerciales y de servicio ha aumentado
considerablemente. Se están construyendo numerosas viviendas, con la
particularidad de que cada vez son más las casas de tipo urbano: con
calefacción central, agua corriente, canalización y otras comodidades. Las
aldeas koljosianas se van trasformado paulatinamente en poblados urbanizados.
Los koljoses invierten cuantiosas suma en la
construcción de casas de cultura, clubes, bibliotecas, escuelas y campos
deportivos. El libro, la radio, el teléfono,
y la televisión son parte de la vida koljosiana. Las universidades
rurales de cultura popular, los teatros del pueblo y las escuelas de música se
extienden cada vez más.
La aproximación entre la ciudad y el campo se
manifiesta también en la composición profesional de la población. Muchos
ingenieros, peritos, conductores de máquinas, agrónomos y zootécnicos tienen su
domicilio permanente en las aldeas. En ellas cada vez es mayor el número de
maestros, médicos y otros especialistas.
A medida que la sociedad soviética se aproxime al
comunismo se operarán también importantes cambios en las condiciones de vida de
las sociedades. Terminará la aglomeración de la población urbana. Los
trabajadores de la ciudad tendrán más aire, luz y vegetación; y en este aspecto
las condiciones de trabajo y de vida se aproximarán a las del campo.
Tales son las vías para superar las diferencias
esenciales existentes entre la ciudad y el campo. Con la superación de estas
diferencias desaparecerá para siempre la división de la sociedad en clase
obrera y campesina.
Vías para
suprimir la diferencia sustancial existente entre
los
trabajadores manuales e intelectuales.
En su inmensa mayoría, los
intelectuales sirvieron durante siglos a las clases dominantes y las ayudaron a
explotar a los trabajadores, a la gente dedicada al trabajo manual. Los
intelectuales soviéticos trabajan por el bien de la patria socialista junto a
las personas dedicadas al trabajo manual, los obreros y los campesinos. Sin
embargo, aun quedan diferencias esenciales entre unos y otros; el nivel
cultural y técnico de los obreros y campesinos aun rezagados, en su totalidad,
del que tienen la intelectualidad. Para suprimir esa diferencia se debe elevar
el de los obreros y campesinos, tareas indispensables en el período de la
construcción del comunismo.
El modo principal para resolverla
es el progreso técnico y la modificación del carácter del trabajo. El progreso
de la técnica, el empleo de máquinas nuevas, complicadas y de alto rendimiento,
la automatización y la electrificación completa de las operaciones de las de
producción, la utilización de la energía atómica, así como la vasta aplicación
de los adelantos de la química y otras ciencias en la economía nacional exigen
que los trabajadores posean no sólo la más diversa especialización, sino una
buena preparación cultural y nociones sobre ciencias. La lucha por este
progreso está inseparablemente ligada al ascenso general del nivel técnico y
cultural de los obreros y campesinos. Precisamente en el trabajo, esfera fundamental de la actividad humana, es donde
se produce ante todo el proceso de formación del hombre del comunismo, hombre
de personalidad desarrollada en todos los aspectos.
El movimiento de las brigadas y
obreros de choque del trabajo comunista contribuye en gran medida a superar la
diferencia esencial existente entre el trabajo intelectual y el manual. Los
participantes de este movimiento ligan el objeto principal de elevar el
rendimiento de trabajo en base al progreso de la técnica, con el estudio
constante y con la elevación de su preparación profesional y general.
También contribuyo a ello la
reorganización del sistema de enseñanza que se está llevando a cabo en la
actualidad. Su fin es unir más estrechamente la enseñanza con el trabajador
productivo, para mejorar la educación de la nueva generación y la calidad de
los especialistas de todas las ramas de la economía nacional. En la Unión Soviética se amplía
constantemente la red de establecimientos de enseñanza superior y media
especializada que funcionan en horarios nocturnos y tienen el sistema de
exámenes libres; de escuelas de enseñanza general, escuelas de distinto género
innovadores cursillos agronómicos, zootécnicos y escuelas de motocultivo, a fin
de que cada vez más obreros y campesinos obtengan la posibilidad elevar su
nivel profesional y cultural.
El partido Comunista y el Gobierno
se han preocupado de proporcionar a los soviéticos el tiempo libre que
necesitan para elevar sus conocimientos y cultura. En la Unión Soviética se aplican
importantes medidas para reducir la jornada de trabajo. Dentro de algunos años
la mayoría de obreros y empleados tendrán dos días de descanso a la semana y
jornadas de 6 a 7 horas. La jornada de trabajo en la Unión Soviética será la más
corta del mundo y, al mismo tiempo, la mejor retribuida.
Con la construcción del comunismo
52 culminará el proceso de extinción de las diferencias esenciales entre
el trabajo intelectual y el manual. En la sociedad desaparecerá tanto el
trabajo intelectual de especialización estrecha como el puramente manual.
Surgirá otro tipo de trabajo, cualitativamente nuevo, en el que se combinarán
armónicamente los esfuerzos físicos y
mentales de individuos desarrollados en todos sus aspectos.
52 La construcción del comunismo aún está por hacer.
Aunque la construcción del mismo en la actualidad está estancada, las geniales
ideas marxistas-leninistas siguen en pleno vigor, máxime ahora, con la idea de
pretender globalizar la economía mundial
Todavía
existen en el mundo regimenes comunistas, pocos pero existe. Entre los Estados
comunistas del mundo está la gigante República Popular, China, cuyo partido
comunista ha optado inteligentemente aplicar la economía marxista y la
capitalista; es decir, aprovecha lo bueno que puede tener la economía capitalista
que ayude al desarrollo de la producción de bienes materiales y espirituales,
con objeto de satisfacer las demandas de los ciudadanos.
Vigo,
25 de setiembre de 2016
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